No hace tanto, me mude desde Santiago de Chile a una parcela
en Casablanca, una ciudad entre Santiago y Valparaíso. La ciudad en si es muy
linda, se me asemeja a Angol, lugar donde nació mi padre y donde murieron mis
abuelos. No sé si es por la búsqueda de cierta tranquilidad, pero ya Santiago
me estaba haciendo mal, quizás alguien que nació en Santiago puede vivir por
siempre en él, pero yo al no haber nacido en Santiago ya estaba haciendo corte
circuito con la ciudad, necesitaba respirar aire y no smog, que la noche sea
realmente noche, para poder así descansar.
Casablanca es una pequeña ciudad ubicada entre Santiago y Valparaíso,
digo pequeña porque es la ciudad más chica en la que he vivido, no hay
semáforos, pero la gente respeta los cruces peatonales, aun me cuesta un poco acostúmbrame
y dejar de lado la forma de manejar de Santiago, las personas son muy amables,
dispuestas a ayudar y atender de la mejor manera posible.
El Pangal (Hacienda El Pangal) es un lugar mucho más tranquilo,
esta como a 8 km de la ciudad por el camino Casablanca – Melipilla, quienes
trabajan dentro de la hacienda son personas amables, prácticamente de la zona,
no así quienes son propietarios de parcelas. He asistido a una sola asamblea
pero en ella me quedo más que claro que lamentablemente hay quienes aparentan
ser de una forma, pero su actuar “atorrante” los delata; no quiero entrar en el
análisis de la administración, esto se extendería por mucho.
Como la parcela esta entre cerros, las señales de TV y de
internet móvil son muy poco deseables, veo solo el CHV y con “rayitas”, con
suerte tomo internet 3G en determinados puntos de la casa, así que es necesario
TV Satelital y Inet Satelital, esperemos que vengan a instalar pronto.
Si bien he sacrificado algunas cosas, en especial los 40
Megas de Inet de Movistar, la suma sigue
siendo positiva.
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