Antes había escrito que retroceder no era una opción, estaba
encerrado en una búsqueda de una adelante que me llevo a chocar con un muro de
golpe, retroceder no solo quiere decir bajar los brazos en el camino hacia un
objetivo, sino que tomar distancia para ver con distancia el panorama, o
también ese sacrificio que realizamos en alguna técnica de artes marciales para
lograr así vencer a nuestro oponente.
A la fuerza, tuve que retroceder, pero un retroceder
consiente que me permite renovar las fuerzas, ver los errores y crear las
soluciones a los problemas que se habían presentado en un camino largo en el
cual los problemas fueron solo tapados, pero siempre estuvieron ahí, minando el
camino que había trazado para lograr mis objetivos.
Hoy veo con claridad esos problemas, puedo lograr encontrar
soluciones y pensar en otros posibles problemas que pueden salir al camino y
así generar una atmósfera más controlada, en especial controlada por mi. A la
distancia veo que el retroceder, o hacer un “sacrificio”, no es perder, es
tomar aire, desestabilizar al otro, pensar.
Gracias a mis viejos que me han permitido “retroceder” y a
mis hermanos por empezar a entenderme.